Lo primero es lo primero: juntar las ganas. Una vez que tengan la motivación para comenzar a sumergirse en este mundo del arte gráfico hay que tener conciencia de los materiales esenciales. Si queremos hacer algo simple, un borrador o un bosquejo, lo podemos hacer en cualquier tipo de superficie: una hoja de papel, un croquis o un block, y con cualquier tipo de instrumento que tengamos a la mano: lápices de colores, grafitos, marcadores. En cambio, si queremos intentar pintar un cuadro, debe ser sobre un lienzo y existen medidas para ello.
Primero debemos decidir lo que queremos pintar, según las medidas internacionales, éstas se dividen en tres: FIGURA, PAISAJE Y MARINA. Cuando hayamos decidido qué vamos a pintar tenemos que elegir las medidas. Si ninguna medida es exactamente la que nosotros queremos, basta con escoger la que más se le aproxime y recortarla un poco, nada del otro mundo.
También es importante que si vamos a crear una pintura tengamos el soporte necesario, la idea no es dejar todo el suelo manchado con óleo y luego ponerle la alfombra encima para que no se note. Lo ideal es un ATRIL, en el cual te podrás apoyar con más firmeza y más comodidad.

Y volviendo al tema de la limpieza y el orden, necesitamos algo en qué mezclar los colores. Cuando nos referimos a esta necesidad lo primero en lo que pensamos es en un mezclador; esos que usábamos en el colegio para mezclar las témperas, blancos, pequeñitos, con apenas tres o cuatro hendiduras para hacer las mezclas. De que es útil, es útil. Pero no basta con cuatro espacios para mezclar colores, a menos que queramos pintar un paisaje típico, con el pasto de un solo tono verde, el cielo azul y un sol amarillo con una cara feliz, como el que aparecía en los dibujos animados. Lo mejor es tener una PALETA, donde podamos mezclar distintas tonalidades. También existen cuadernos desechables con hojas resistentes al óleo, para ahorrarnos el trabajo de lavar la paleta de colores cada vez que la queramos ocupar, ya que solo basta con tirar la hoja. Pero si lo nuestro es lo sencillo, el ahorro, les recomiendo la paleta, aunque dé flojera lavarla, pero es eterna compañera.

También tenemos que tener presente la importancia de los MÉDIUMS Y DILUYENTES. Si bien el óleo puede venir ya preparado en un tubo, su consistencia es demasiado densa para las primeras capas de pintura; están hechas más bien para las últimas capaz, en donde se agregan los detalles. Por ello necesitamos diluirla, y lo ideal para ello es utilizar la trementina rectificada. El aguarrás también funciona como diluyente, pero para limpiar los pinceles, nunca para mezclar con los pigmentos. En el caso de que hablemos de pigmentos secos debemos darles consistencia y densidad, para ello utilizaremos aceite de linaza. Para el tema de la limpieza basta con algún trapo u hojas de periódico.

Teniendo en cuenta esto vamos a lo más importante: los PINCELES. Claramente sin ellos no podemos hacer nada, a menos que usted sea un prodigio y pueda pintar hasta con el dedo gordo del pie izquierdo, pero como la mayoría no lo somos, es necesario tener pinceles adecuados. Los hay en tres tipos: redondo, plano y lengua de gato. El pincel redondo es el más común, con los pelos del centro alargados, y lo de afuera más cortos, con una forma casi en punta. El plano, tal como el nombre lo dice, tiene los pelos todos del mismo tamaño. Y el lengua de gato se parece al plano, con la diferencia de que en los extremos, en vez de formarse una línea recta, los pelos quedan de forma ovalada. En cuanto a tamaño el que más se usa es el 08, pero cualquier número entre el 08 y el 14 funciona prácticamente igual, ni muy grande ni muy chico. Y en cuanto a los pelos, lo ideal es pelo cerda, los más sofisticados que los usen los que se hacen ricos del arte, y
los más simples, como los de pelo de camello, sólo sirven para dejar caídos entremedio de la pintura.

Pasemos al tema de los COLORES. Hay cuestiones básicas con respecto a los colores: los colores primarios son aquellos que existen por sí mismo, no de una mezcla de colores, y con los cuales se pueden formar todos los colores posibles (amarillo, azul y rojo), los colores secundarios, que nacen de la combinación de dos colores primarios (verde, morado y anaranjado), los colores terciarios, que nacen de la mezcla de dos colores, el negro es la ausencia de color y el blanco la suma de todos los colores (ejercicio simple: al poner a girar rápidamente una ruleta con franjas de todos los colores se van a sumar todos y sólo se verá la ruleta blanca). Para un pintor experimentado, solo se necesitan los colores primarios para reproducir el paisaje más complejo del mundo. Pero para nosotros, que estamos comenzando, lo ideal es tener la siguiente gama de colores, con la cual podremos recrear todas las tonalidades que queramos:
- Amarillo limón
- Amarillo cadmio medio
- Ocre amarillo
- Siena tostada
- Azul ultramar
- Azul cobalto
- Verde esmeralda
- Verde vejiga
- Rojo de cadmio
- Carmín de granza
- Negro de marfil
También existen otros elementos, por ejemplo la regla, el carboncillo para hacer los bocetos, goma de borrar moldeable. Es importante que si vamos a hacer un boceto a carboncillo le apliquemos fijador encima, para que no se borre ni se corra, no queremos hacer el retrato de una mujer y que su cara parezca la de un mapache. No es ningún fijador raro, especial, exclusivo o caro, es solo un fijador de pelo, pero cumple con la función de crear una capa protectora sobre el carboncillo.
Con estos elementos, ya estás listo para comenzar a pintar...